El cantante guatemalteco desembarcó en Argentina e hizo vibrar la Bombonera con cuatro shows inolvidables. Híper-deportivo, jugó al tenis en el Vilas Club, practicó raquetball en un gimnasio de Barrio Norte y demostró condiciones como futbolista en un campo de Luján. Mientras espera la llegada de su novia, la venezolana Deisy Arvelo, no se separó ni un minuto de su padre, Ricardo Arjona Moscoso. Toda la intimidad en la Argentina del hombre que mejor entiende a las mujeres.
Es un tipo sincero. Quizá demasiado. Cada noche, desde el escenario montado en la Bombonera, repite: “La única fórmula para conquistar mujeres es diciendo mentiras”. Pero ellas no se quejan: ¡quieren que mienta toda la noche! Y él, obediente, les miente mejor que nadie. Les endulza los oídos, les dora la píldora, les dice todo lo que ellas quieren escuchar. Porque, todos lo saben, Ricardo Arjona (45) es el hombre que mejor entiende a las mujeres.
LA INTIMIDAD
Al igual que en su última visita, en septiembre del 2006, el cantante volvió a alojarse en el elegante Faena Hotel de Puerto Madero. Allí lo esperaba la misma mansión de lujo en miniatura donde vivió por más de un mes en aquel entonces.
Tome nota: un living, dos terrazas privadas, dos baños con piso de mármol, una habitación con cama king size y un plasma de 42 pulgadas para observar las aventuras de Jack Bauer, el ídolo máximo del artista y protagonista de la serie 24.
Para más datos suntuosos, continúe el párrafo: cortinas automáticas de terciopelo, sábanas de algodón egipcio, dos home theaters con pantalla plana –en el living y en el dormitorio– y parlantes hasta en los baños… ¡como para no estar todo el día en el hotel! De hecho, Ricardo se la pasa en el gimnasio o en su cuarto. Salvo, claro, cuando visita el spa, donde se hace masajes descontracturantes cada día… ¡religiosamente! ¿Puede un hombre sufrir de estrés en el lujo? No lo sabemos, pero definitivamente es un buen nombre para un tema del artista en cuestión. A propósito, bautizó Quinto Piso a su último disco porque, dice Arjona, hace tiempo aprendió a ver la vida desde el quinto piso de un hotel…
Es amigo del deporte. Un fanático que practica varias disciplinas a la vez. Es hincha de Boca Juniors y un asiduo jugador de tenis. El jueves por la mañana –primer día que amaneció en el país–, se trasladó hasta el Vilas Club, en los lagos de Palermo, para practicar el deporte que el gran Willy hizo famoso en nuestro país.
Después, el sábado, en busca de más intimidad, el guatemalteco optó por el raquetball (una disciplina similar al squash que se juega en una pista cerrada) en el gimnasio Olimpia Cancillería, Esmeralda 1042, en Retiro. Contó el encargado del local: “Ricardo jugó durante más de dos horas con algunos amigos argentinos”. Además, al cantautor le quedó tiempo para recorrer las calles porteñas con su padre, Ricardo Arjona Moscoso.
Confesó en su show del domingo 18: “Salí a caminar por Florida y le mostré al viejo donde solía tocar con otros músicos callejeros”. Y, para finalizar su primera semana en Buenos Aires, visitó el campo de un amigo en Luján, donde mostró todas sus dotes futbolísticas. Según trascendió, “como futbolista es un gran centrodelantero”. ¿Tercer tiempo? A la argentina: asado y tinto, obvio.
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