sábado, 24 de octubre de 2009

Arjona un amante de los deportes



Procedente de Mendoza, donde se presentó en el estadio Malvinas Argentinas, el lunes 11 al mediodía Ricardo Arjona (45) arribó en un vuelo privado al Aeroparque Jorge Newbery para instalarse en Buenos Aires durante una semana y brindar cuatro shows, el 15,16,17 y 18 de octubre en el estadio de Boca Juniors y así batir otro récord en nuestro país, como lo hizo luego de sus 34 conciertos en el Luna Park, hace dos años. Fuertemente custodiado, el cantante y compositor se instaló en su hotel preferido, el Faena & Universe, donde siempre se aloja.



Fanático de los deportes, sobre todo del fútbol, tenis y básquet (disciplina que practicó oficialmente en su país), el miércoles por la tarde desde su habitación siguió en vivo el duelo futbolístico entre la Argentina y Uruguay. Y hasta gritó el gol de Mario Bolatti que clasificó al Mundial al equipo de Diego Maradona (48). De hecho, también había seguido por tevé, desde Mendoza, el partido entre Argentina-Perú. Y como no se quiso perder el apasionante desenlace, retrasó una hora su show en el Malvinas Argentinas.



El jueves 15 salió al mediodía para brindar una conferencia de prensa, en la Bombonera. “La Argentina tiene algo especial para mí, porque la conozco desde hace muchos años. Aquí escribí muchas canciones. Este es un país al que quiero mucho porque siempre me recibió bien, incluso cuando no tenía ni un disco editado”, dijo entre varios conceptos con un look muy cool: camisa blanca, pantalón de vestir sujeto con tiradores, zapatillas oscuras Converse sin cordones, y lentes de sol. También sobresalieron los accesorios que ahora utiliza: Un rosario y dos pulseras en una de sus muñecas.

Ese mismo día, por la tarde, fue a jugar al tenis al Vilas Club. Con su padre observándolo a un costado, eligió una cancha rápida. Empezó jugando en cuero y con anteojos de sol, pero al detectar una cámara fotográfica enseguida se calzó una musculosa. Dicen que el tenis lo fascina, y si bien no demostró gran técnica, sí le sobró entusiasmo. Su rival fue uno de los dos amigos centroamericanos que invitó a que lo acompañen en la gira. Cuando terminó, y sin bañarse, lo pasaron a buscar para ir directamente a la cancha de Boca


Fuente: Revista Caras