viernes, 20 de noviembre de 2009

Todo sobre Arjona en Trewel



Mujeres de todos los puntos de la Patagonia se dieron cita en el recital de Arjona. Quienes llegaron de latitudes más lejanas fueron las chicas de Puerto Deseado (Santa Cruz) y las de Buenos Aires; también vinieron chicas de El Bolsón (Río Negro); de Caleta Olivia (Santa Cruz) y de todos los puntos de la provincia.

Unas diez mil personas colmaron el estadio. Se estima que unas 5.800 sillas se ubicaron en el césped, y era incontable el número de mujeres ubicadas en las plateas y en las populares. Fueron éstas quienes más calidez, más alegría y más buena onda estamparon en la previa del recital. Muchas estuvieron desde las 17 del sábado, a la espera de que se abrieran las puertas.



Lagrimas y Delirios

La emoción ganó a muchas mujeres cuando Arjona entonó sus baladas clásicas. Un seductor nato, interactuó con el público seduciendo a hombres y mujeres por igual. 
Porque habló, por ejemplo, de por qué los hombres a la hora de la conquista mienten. Y por qué las mujeres les creen. Habló de las viejas cartas de amor hoy sustituidas por los e-mails. 

«Gracias Trelew», dijo Arjona, recordando su visita allá por el año 1995. «¿Qué les hice yo de malo a ustedes para que pasaran tantos años hasta que me volvieran a invitar?», preguntó.

Las mujeres arrojaron ositos de peluche, prepararon incontables carteles con diferentes leyendas y muchas llevaron ropa interior para arrojarla al escenario pero, por la distancia, no pudieron cumplir con este cometido.

Una señora de primera fila, llevó una gomera. Desde allí arrojó sus prendas, que fueron a dar al escenario, siendo levantadas por uno de los músicos de Arjona.



Beatriz, la elegida

Beatriz Munizaga, una docente sanjuanina oriunda de Jachal, que reside desde hace dos años en Playa Unión, se convirtió en la mujer más envidiada de la noche. En un paneo efectuado por parte del equipo de video de Arjona, éste la pudo observar desde el escenario y convocó a la dama, que estaba junto a su marido en la platea. Beatriz subió al escenario. Arjona la tomó del brazo, la ubicó en una silla y se sentó a su lado. Allí le cantó «Señora de las cuatro décadas» para delirio de una multitud que, con fervor, acompañó la conocida canción. Mientras tanto, se proyectaban imágenes de otras mujeres del público que estuvieron desde horas tempranas esperando por Arjona. Este fue uno de los momentos más emotivos de la noche. 

Beatriz tiene 42 años. Es maestra de la Escuela 190 de Playa Unión y realiza una suplencia en la Escuela 20 de Rawson. «Recién el sábado a la tarde le pedí a mi marido ir a ver a Arjona. Ya no había entradas y compramos las de 150 pesos, ahí en la cancha. Todavía no lo puedo creer. Estoy muy feliz», dijo Beatriz. Su marido, Roberto Soto, celebró con ella este momento.


Fuente: Diario El Chubut