Ricardo Arjona recibió este miércoles ufano y relajado el disco de oro por las 50.000 copias vendidas en México de "Quinto piso", el álbum que lanzó este mes y con el que el cantautor guatemalteco marca un punto y aparte en su carrera con un cambio de discográfica.
"Mi mamá, si vendo quince millones de copias como si vendo dos millones, me va a querer igual, yo me aferro mucho a eso", dijo en una comida con periodistas Arjona, para expresar que tiene "los pies en el suelo".
Arjona apareció relajado, muy abierto y se explayó a gusto con anécdotas y reflexiones en su encuentro con la prensa, muy distendido.
Nacido en 1964 en Jocotenango, un pueblo junto a la ciudad de Antigua, en el oeste de Guatemala, el cantautor centroamericano goza de reconocimiento internacional y cuenta con un Grammy Latino y un Grammy.
"El encuentro real con un quinto piso lo tuve en Madrid, hace muchos años", reveló el cantautor al calor de un té sobre la inspiración para su último álbum, cuyos temas comparten de alguna forma el nexo que indica el título.
"Lo que lo hace distinto es que el disco pertenece a un lugar", comentó sobre el espacio que le inspiró las catorce canciones de su nuevo trabajo.
"Había una bailarina que vivía encima y me despertaba por las mañanas cuando ensayaba. Cuando fui a encararla, era una mujer muy bella, imponente, no pude ni preguntarle su nombre, mucho menos reclamarle", rememoró Arjona."Hoy sí le diría todo, pero han pasado muchos años", reconoció al volver atrás la vista. A ella le dedica el tema "La bailarina vecina", que el cantautor encadena después con "Vuelo".
Fuente: telégrafo.com