Arjona cuenta que no repite fórmulas: "La gente podrá pensar cualquier cosa, pero jamás en mi vida he escrito una sola línea de una canción pensando en el efecto que va a provocar. Cuando hago una balada como Te conozco, que me ubica más entre los cantantes melódicos, o cuando hago una canción como Jesús, verbo no sustantivo o Si el Norte fuera el Sur, que me ubica del otro lado, las dos me llenan completamente. Yo nunca tuve un tipo con un palo diciéndome qué tengo que cantar".
Dijo que no se considera un cantante melódico y que no quiere que lo encasillen: "No quiero pertenecer a un género o corriente y eso me ha acarreado algunos problemas con algunos críticos. Con esos eruditos de la música o las palabras. Pero, 'por qué voy a negar que vi las películas de Sandro, o que me aprendí algunas canciones de Camilo Sesto o Roberto Carlos? 'Por qué no voy a decir que me gustaba mucho Silvio Rodríguez, y que me encanta Pablo Milanés? 'Es que no pudieron gustarme las dos cosas?"
Aunque lamenta que el lugar fantástico que le dieron como cantante en Buenos Aires le quitó la tranquilidad que tenía para componer, reconoce que es un lugar que lo incita a escribir. Y, mientras evoca aires tangueros en alguna canción de su nuevo disco, apunta: "Argentina es un país en el que se le presta mucha atención a ciertas apariencias".
"Durante los años que viví en Buenos Aires me sometí al rigor de la pseudointelectualidad porteña. Si habia que leer Conversación en la Catedral, de Mario Vargas Llosa, lo hacía aunque fuese complicadísimo. Porque había que leerlo. Y algo parecido pasaba con la música", recuerda.
"Ahora vivo mucho más relajado, hago historias y canciones, y las ligo con la música que les venga bien. Yo me tengo que sentir cómodo. Y las canciones también. Los intelectuales tienen el fantasma de ser interesantes siempre, y son terriblemente aburridos. A mí me parece que hablar pendejadas, como dicen acá, es una terapia interesante. Cada uno adopta su posición", señala.
Arjona resalta su costumbre de combinar la crónica social con asuntos sentimentales. "No puedo cerrar ventanas. No puedo decir que soy un cantante melódico, de protesta o un cantautor urbano. Sería someterme al rigor de los rockeros a ultranza. Y no me interesa", asegura. Y agrega:"Estoy intentando salirme cada vez más del patrón".
Fuente: Club Arjona República Dominicana