miércoles, 26 de septiembre de 2007

"No hay celebridad que me haga dejar de escribir"


Se acabo la Gira Adentro 06-07 y Arjona esta disfrutando de unas merecidas vacaciones. Pero hay momentos donde resulta interesante revisar el baúl de los recuerdos y ver que paso con la formación de sus temas y en especial de una de sus producciones discográficas más destacadas, "Sin daños a terceros".

Las canciones nacen cuando se puede, nunca cuando se quiere. Producto de un antojo, de un colapso emocional, de un capricho divino o de quién sabe que artimaña de la naturaleza. Lo cierto es que aterrizan en el momento menos esperado. Por eso, hay quien me tacha de loco. Lo que no saben, es que cuando se asoma una idea, no hay celebridad en el mundo que me haga seguir haciendo cualquier cosa que no sea buscar lápiz, papel y hacer lo que más me gusta y lo que cada día me cuesta más... escribir.

Sin Daños a Terceros nació así, tratando de no molestar a nadie y trazando nuestra línea territorial como perros de barrio para que nadie venga a molestar tampoco. Es el disco más relajado de mi historia y en el que más me he tardado. Y es que hubo una reconciliación con todo incluso con la vagancia. Solíamos interrumpir las grabaciones por el célebre compromiso de un partido de ¡football!. Es un disco que desborda corazón, es un trabajo hecho entre compañeros y los que no lo eran, se hicieron a la fuerza de convivencia.

Las canciones hablan por sí mismas, explicarlas, sería como cortarles las alas. Llévelas hasta donde quiera, déjelas que penetren los sentidos para luego digerirlas con la mente, y después decida si las manda a la basura o les hace un espacio en su corazón. Hágalas suyas si en algo se parecen a sus historias. Cocínelas a fuego lento, póngales su toque personal, y si aún así, no le sabe a nada, no se sorprenda, no será ni la primera ni última vez que se equivoque.


El trobador le pone nota a sus letras

Te guste o no: Es la melodía, con la que calentaba mis cuerdas vocales antes de cada concierto en los últimos cuatro años, hasta que me di cuenta que la melodía me gustaba y le puse letra.

Mentiroso: Nació entre platillos de sushi y tres señoras quejándose de los maridos y presumiendo su capacidad de control sobre ellos. La sola idea que frente a elementos así no queda otra que mentir, me levantó de la mesa y me llevó a escribir esta canción.

Olvidarte: No sé porque la escribí. Sólo sé que estaba en Ecuador y que seguro, me sentía solo.

Desnuda: Casi siempre que los hombres compartimos una habitación con una mujer desnuda. Nos acercamos tanto que nos olvidamos de verla.

Loco: A mis ocho años, sólo supe que no volvió más a la escuela, desde que jugando football en el recreo, mi amigo se golpeó la cabeza contra la banqueta. Jamás supe de él, no me acuerdo ni de su nombre. Hoy, si vive, tendrá mi edad. Todos decían que estaba loco y a mi siempre me quedó la duda.

Dime que no: No hay electricidad más fuerte que la que provoca un beso conquistado con esfuerzo.
Buenas noches don David: Siempre es bueno salirse por un rato de sí mismo, y ésta canción me lo concedió por completo. Ni el lenguaje es mío, es el que utilizaría un muchacho de barrio frente a un Don David, gordo y feo, como me lo imaginé. Cuarenta y seis músicos participaron en la producción de esta canción.

Solo: Nada mejor para la depresión que el rock and roll y engañarse a sí mismo con la idea de no estar solo.

Vientre de cuna: Fue un ejercicio plástico. Ella era y yo pintaba.

Hoy es un buen día: Esta canción la escribí justo cuando los días eran tan malos, que fueron los mejores.

Millonario de luz: Esta canción es totalmente autobiográfica. Es mi historia de recién llegado a México.

Con una estrella: Hace más de quince años, que la escribí. Hace más de quince años que la vengo cantando. Compartirla, siempre fue complicado, grabarla más. No es un punto de vista, sólo es una historia.

A siete metros: A los que nos gana muchas veces la timidez, no nos queda otra que imaginar.

Tarde: Sin daños a terceros, sin comentarios.