domingo, 18 de abril de 2010

Con un sombrero "vueltiao" se despidió Arjona de Colombia



"Si me he vestido de negro no es por luto, créanme", reza una de las canciones de Ricardo Arjona, y es la explicación de que no se viste así por algo negativo sino porque con ese color, su favorito, se siente muy cómodo.

Y cómodo se vio ayer en el estadio Pascual Guerrero (Cali), donde llegó vestido de jeans camisa, chaleco y chaqueta negra y con sus típicos converse del mismo color y con la misma energía con la que los caleños lo vieron la última vez que visitó la ‘Sucursal del cielo’, hace cuatro años.



"¿Hace cuánto no venía por acá?" le preguntó el cantante guatemalteco a los asistentes a su concierto. Cuando éstos le respondieron él inmediatamente contestó "me declaro culpable de no haber venido por acá y me atrevo a hacerlo porque yo tengo el remedio. Si tienen tiempo, vamos a cantar hasta que nos cansemos", dijo, seguido de una lluvia de aplausos que venía especialmente de las mujeres que fueron a verlo.



Arjona se ganó el corazón del público por la interacción que tuvo con ellos, tanto así que les dijo que les daría a elegir algunas canciones y si no les parecía, podrían cambiarlas por otras. La nota cómica la puso cuando solicitó tiempo para contar una anécdota de un beso que le acababa de pasar: "un mosquito, espero que sea mosquita, me recibió en nombre de todas las caleñas y me plantó un beso cuando venía bajando por esta rampa. Aún lo estoy terminando de digerir", dijo en tono jocoso, lo que arrancó la carcajada de sus fans.

Su estilo fresco se notó en cada una de sus canciones, pues se sentaba en el piso y se paseaba caminando o corriendo por todo el escenario como si fuera la sala de su casa.



Canciones como Quinto Piso, Sin ti.. sin mí, Cómo duele, Tocando fondo, Acompáñame a estar solo, Realmente no estoy tan solo, Desnuda, Dime que no, Cuándo, Te conozco, Si el norte fuera el sur, El Problema, Minutos, Tu reputación y Me enseñaste, pusieron a cantar y a saltar a todos quienes asistieron a la cita con el cantante.

Hacia las 11:00 p.m. finalizó un concierto que estuvo iluminado por un cielo entre rosado y púrpura que tiñó de romanticismo el encuentro con el guatemalteco que le entregó su corazón a la ciudad y a los asistentes que llenaron el estadio, a quienes les dijo, para despedirse, "Cali, se les quiere".


Fuente: El Pais