Dos minutos. Ese fue el tiempo que transcurrió entre que Ricardo Arjona llegó a la suite presidencial del Hotel W en Vitacura -luego de su show en el Festival de Viña- y el inicio del terremoto. "Ahí arrancó el desastre", agrega el cantante a La Tercera, al teléfono desde EE.UU. y en la primera vez que detalla sus vivencias en la madrugada del 27 de febrero en Chile.
"Ha sido una de las experiencias más tremendas de mi vida", acota, con el sismo aún latente en su agenda: el guatemalteco dará dos shows en Movistar Arena, en reemplazo del postergado concierto del mismo día 27 en el estadio de La Florida. Las entradas para el postergado recital son válidas para el 2 de mayo. Para el día 3 se pueden conseguir en Puntoticket y las ganancias irán a la reconstrucción de un jardín infantil en Dichato. Es que el cantante también fue protagonista indirecto de la tragedia: a última hora pidió adelantar su presentación en la Quinta Vergara, lo que permitió que el lugar estuviera vacío cuando se desató el sismo.
"En un principio me estaban crucificando porque había pedido ese cambio, pero no fue algo mal intencionado ni tampoco premonitorio. Fue un cambio que sentimos que había que hacerlo, porque los artistas finales empezaban muy tarde y no quería hacer un show a contrarreloj en Viña. No deseaba estar cantando a las 4 de la mañana y saber que debíamos terminar en un determinado momento, quería sentirme más libre. Además, siempre había abierto el Festival", argumenta.
Los organizadores se complicaron, pero al final agradecieron...
Es que no hubo ningún conflicto, la prensa se puso en contra de esta situación, pero no era nada mal intencionado. Por suerte y al final, fue una medida muy favorable, porque si yo hubiese recibido el escenario a las 2 de la mañana, hubiese estado cantando al momento del terremoto. Fue un asunto de suerte y estoy seguro que evitó una tragedia mayor, aunque no quiero darme ningún crédito, porque fue algo de mera suerte que hay que agradecer. De otro modo habría sido terrible.
¿Qué sintió durante el sismo?
Mucho pánico, como la mayoría de las personas. Me había tocado vivir un terremoto en Guatemala, pero nada como esto. Al día siguiente tomamos un auto y fuimos a recorrer la ciudad y me sorprendió todo lo que había soportado, cualquier otra capital latina habría sufrido un desastre. Me quedé dos noches más en Chile, tranquilo y asustándome con las réplicas.
¿Es cierto que debió ser evacuado a la plaza Perú?
Eso fue lo que más he comentado: cuando bajé a esa plaza, nadie se me acercó a preguntarme si yo era el cantante famoso y nadie me comentó nada sobre Viña. Era tal el shock que nadie dedicó un tiempo a darse cuenta quién estaba allí. Todo el mundo hablaba conmigo de una manera muy natural. Nos pusimos en una camioneta a escuchar las noticias por la radio y mucha gente se nos unió. Pero guardo como un tatuaje lo que pasó en Chile y tengo el más grande de mis respetos para ese pueblo.
El terremoto no ha sido la única experiencia intensa de Arjona en los últimos meses. En marzo, el cantante respondió en duros términos a Fito Páez, quien lo aludió en una entrevista para retratar la aniquilación cultural que, según el rosarino, vive Argentina. Hoy, Arjona sepulta el capítulo: "Acerca de eso quiero ser muy respetuoso y claro: no le voy a dedicar ni un solo renglón ni un minuto más que no sea la carta que envié. Me parece que no vale la pena. Ya lo dije todo".
-¿Por qué su respuesta fue tan dura?
No sé si me explico y no quiero ser irrespetuoso. Soy un tipo que tiene un disco que está por salir, que está trabajando en cosas, me gusta lo que hago, me va bien, ¿me entiendes? No le dedico un segundo más a eso.
Nuevo disco para julio
El nuevo álbum del guatemalteco tiene fecha de aparición para julio y se adelanta un tono más íntimo que Quinto Piso (2008). "Es un disco para apagar la luz y escucharlo", retrata, en su estilo eterno. Luego dice: "Es un trabajo mucho más plano y con un concepto algo deprimido, pero dará la opción de viajar de un lado a otro, tanto en textos como en música. Lo hicimos con muy poquitos elementos, para que las canciones quedaran algo desnudas y las letras no tuvieran distractores".
La producción estuvo a cargo del propio Arjona junto a uno de sus colaboradores más fieles, el músico Dan Warner.
Fuente: Terra